martes, 16 de junio de 2009

Nosotros, en la tierra de nadie


Es significativo que en el currículo de varias especialidades de Ciencias de la Educación se encuentre ésta: "Nuevas Tecnologías" (aplicadas a la Educación). ¿Cómo es que seguimos llamando "nuevas" a unas tecnologías tan presentes en nuestra vida? ¿Alguien recuerda -de verdad, poniéndose en el lugar- cómo era la vida sin banda ancha, o sencillamente, sin SMS? Pues sí, son muchos aún quiénes lo recordamos, y muchos los que aún no han incorporado a su vida cotidiana esos conceptos. Como afirman las teorías sociólógicas, los tres elementos que participan en la socialización son la generación "que declina", la generación adulta, y la generación joven. Hoy día, los que cursamos una carrera universitaria, apenas recordamos cuando no había Internet, aunque muchos sí que recuerdan su casa sin un ordenador personal. Nuestros padres, sin embargo, crecieron sin internet (muchos hasta sin televisión), han tardado en incorporarse a la telefonía móvil, muchos se resisten a usar ordenador, y en general desconfían -hasta un grado supino a veces- del comercio electrónico, o las transacciones bancarias online.

Por otro lado, nuestros alumnos del período de prácticas, (entre 6 y 12 años), ni se imaginan la vida sin dispositivos móviles, ordenador, y sobre todo sin consolas de videojuegos. Suele ocurrir que desconozcan el concepto de "correo electrónico": -"Mándamelo por e-mail" -¿Por el messenger? -"No, no, por e-mail" -...Bueno, yo te lo pongo en el messenger..." (conversación real). La misma idea de redactar algo con mesura, corrigiéndolo, encabezándolo ("querido Menganito:") y firmando, es heredera del correo tradicional en papel, y está desapareciendo. ¿Para qué firmar algo, si al identificarnos con una cuenta ya lo hacemos? Y además, ¿para qué escribir si puedo conversar directamente por Skype, o en todo caso escribir de forma inmediata por MNS o un chat? Grandes cambios en la mentalidad de comunicación se están produciendo bajo estos sencillos síntomas.
La generación intermedia somos nosotros. Contemplamos a nuestros padres, que a lo mejor se han abierto una cuenta de correo, (aunque abominen de la idea de hacer la compra al Mercadona por internet), y a la vez contemplamos a nuestros alumnos, que apenas han buscado información en un libro impreso, y estamos en una especie de tierra de nadie. Porque, no lo olvidemos, como futuros docentes lo que nos interesa es que la tecnología redunde en beneficio del aprendizaje. Que sea un medio natural, no sólo una herramienta aislada, en el que los niños (y nosotros) nos desenvolvamos con soltura y eficacia. Desde este foro tenemos en cuenta siempre que, como planteaba Carlos Hervás Gómez, todavía no ha llegado el momento. Cuando esto ocurra, quizá se caiga el adjetivo "Nuevas" a "Tecnologías" en el currículo.

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